jueves, 21 de febrero de 2013

Setmana retrofuturista

La semana del 11 al 16 de febrero se celebró en Barcelona la "Setmana retrofuturista".


El programa estaba cargado de actividades: mesas redondas, juegos, concursos –como el de Barbas y Bigotes Retro y Futuristas–, talleres, exhibiciones, proyecciones audiovisuales e incluso presentaciones de libros; aunque nosotros únicamente fuimos a ver el punto de venta de los creadores retrofuturistas instalado en Centre Cívic Convent de Sant Agustí. Los objetos que se podían adquirir iban desde libros, bisutería o manualidades hasta robots hechos con material reciclado:


También pudimos ver cómo peinaban a las modelos que seguramente después se vestirían con ropas de estética steampunk.



Vestidas como el que, a buen seguro, participaría en el concurso de barbas retrofuturistas:


El Steampunk es un subgénero literario de la ciencia-ficción, así como un movimiento que se engloba entre las corrientes retrofuturistas, las ucronías y las ficciones especulativas. Durante el evento tampoco se olvidaron del Dieselpunk, GasLamp o Clockpunk.

Ver también: EVA
Pont del Petroli y Fábrica de Anís del Mono

sábado, 16 de febrero de 2013

Arenys de Mar y el Cementerio de Sinera

El domingo pasado tuve la ocasión de compartir con otros integrantes del grupo "Apoyamos la ruta europea de cementerios" la visita al cementerio de Sinera en Arenys de Mar. También me acompañaron APU, Xavi y Jordi de los "Cazadores de Hermes" con los que visité el resto de la población.
De una jornada tan bien aprovechada siempre surge la duda de cómo plantear una entrada en el blog. Y la primera opción es realizar un post enciclopédico. Relatando lo visto a la vez que se incluye información extraída de aquí y de allá. Sería algo más o menos como esto:

El cementerio de Arenys se sitúa en la colina de la Piedad, de unos 50 metros de altura, y que domina una amplia extensión de terreno y mar.













La placa a la entrada nos informa que el cementerio fue construido entre 1865 y 1867 y que en el proyecto participó Elies Rogent. El cementerio fue transformado en mito literario de la mano de Salvador Espriu. De hecho, la plaza frente a la entrada lleva su nombre y entre los nichos podemos encontrar una discreta lápida del que ahora se celebra el centenario de su nacimiento.





Sin embargo, el cementerio tiene una historia de dos siglos ya que su construcción data de 1816 pues, cuando el recinto se quedó pequeño, se construyó al lado un nuevo cementerio costeado en gran parte por los "arenyencs". Las obras de 1865 fueron proyectadas y dirigidas por el agrimensor Domingo Casacuberta, aunque por cuestiones administrativas los planos fueron firmados por el arquitecto Elies Rogent. Durante la construcción del nuevo cementerio se derribaron la torre de vigilancia del siglo XVI, conocida como "Es far" (Arenys contó con 17 torres de defensa) y una ermita de 1575 dedicada a la Mare de Déu de la Pietat y que daba nombre al promontorio. Los restos del cementerio viejo se trasladaron al nuevo y en lo alto se edificó una capilla.


Como curiosidad, el nombre de Sinera proviene de Arenys (Arenis como se escribía en castellano) escrito al revés, y antes de visitar el cementerio, hubo una pequeña discusión entre los asistentes acerca del nombre que reciben este tipo de palabras. Algunos decían que se trataba de un palíndromo, aunque éstas son palabras que se leen igual de adelante hacia atrás que de atrás hacia adelante (en números sería el capicua), por ejemplo: arenera, reconocer o sometemos. Un semipalíndromo o bifronte son aquellas que leídas al revés tienen un nuevo significado, como amor y Roma, y finalmente un anagrama es una palabra que al cambiarle el orden a las letras se obtiene otra de diferente significado, y en la que estarían incluidas los semipalíndromos. Por ejemplo: amor, Roma, mora, ramo... Dado que Sinera es una palabra de nueva creación, no se ajusta exactamente a ninguna de las definiciones anteriores, por lo que no me extraña que surgiera esa discusión, aunque en ningún caso sería un palíndromo, ya que no es una palabra capicua.



Traspasado el umbral y el patio de entrada vemos que el cementerio se estructura en tres grandes plantas ascendentes enlazadas por escalinatas. Las dos primeras, rodeadas de nichos, tienen en el centro unos amplios parterres rectangulares para inhumaciones en el suelo.








Una avenida de cipreses vertebra estos dos replanos. La tercera planta, destinada a panteones y mausoleos, se extiende alrededor de la capilla de la Piedad. Allí podemos encontrar obras en diferentes estilos de Vallmitjana, Llimona, Carcassó, Sagnier, Arnau, Marès, Martinell o del arenyenc Joan Barrera.

Capilla de la Mare de Déu de la Pietat
tras el Hipogeo de la familia Majó de Josep Carcassó

Del cementerio nos dirigimos al centro de la ciudad. Arenys de Mar nació como barrio de Sant Martí d'Arenys, hoy Arenys de Munt, y se constituyó como municipio independiente en 1599. Con la apertura del mercado de las Índias (1778), la villa se convierte en un importante centro de comercio marítimo. Entre los indianos o "americanos" arenyencs más relevantes estuvo Josep Xifré, promotor del antiguo hospital que lleva su nombre y que según reza en la placa de la entrada en 1849 lo donó a la población como hospital para pobres.


















A continuación tuvimos la gran oportunidad de poder visitar el mausoleo de Xifré situado en la capilla en el interior del edificio y obra del escultor francés Charles Alphonse Gumery.






















Al salir visitamos, sin entrar, el cercano centro de Documentació i estudi Salvador Espriu (1987), cuyo edificio es de Josep Lluis Sert, y en el que se encuentra un fondo de obra del escritor catalán.

Allí mismo nos recomendaron la visita a la iglesia parroquial de Santa Maria (1628) para admirar el retablo mayor (1706-1711), obra maestra del barroco catalán realizada por el escultor Pau Costa.


Sin embargo, este tipo de entradas resultan para algunos tediosas, por lo que una segunda opción sería la de inventarse una historia e ilustrarla con algunas de las fotos tomadas ese día. Una historia imaginada como esa podría ser:

Mientras paseaba por el cementerio descubrí en el suelo una llave:

Me pregunté qué puerta abriría esa llave y probé con todas las cerraduras que encontré:





Hasta que me di cuenta que esa llave era la que abría las puertas del Paraíso:

La finca El Paraíso era propiedad de Salvador Castelló i Sala, otro indiano famoso en Arenys. El edificio, de 1863 es de estilo romántico, y en esta finca Salvador Castelló i Carreres introduciría los estudios de avicultura científica en el estado español en 1896.

Un tercer estilo de post es el que únicamente hace referencia a imágenes curiosas que recopilas durante la salida. Algunas de estas imágenes sorprendentes son las siguientes:

En Arenys tienen la costumbre de tunear los árboles:

Frente a la casa de la vila

Esto sí que es savia bruta

Y es que, aunque los árboles se vuelvan de piedra, la piedra se torna corazón:

Y la naturaleza se abre paso:

Detalle descubierto por Jordi de Instants Barna

¿Y por qué nos animan a dejar de j. con la pelota?

La explicación me la dio APU al indicarme esos extraños adornos:

No solo a los árboles les crecen los ladrillos:

Aún queda un cuarto tipo de entrada. Es aquella en la que uno se limita a colgar las fotos que le han quedado mejor, y que en este caso corresponden al cementerio de Sinera.




Un quinto tipo de entradas es la que acabas de ver y leer, una mezcla de todas ellas. Si has llegado hasta el final: gracias por tu paciencia.

Ver además:
Custodia compartida: Cementerio de Sinera (Arenys de Mar)
En Milerenda: Entre el cielo y la tierra

domingo, 3 de febrero de 2013

Microcoches en la Fabra i Coats

No siempre tiene uno la oportunidad de ir a ver una exposición en el lugar donde trabajó, y ése ha sido el caso de Ángeles. Para ella, traspasar de nuevo la puerta de acceso a la fábrica, representó un cúmulo de emociones, ya que no solo ella, si no también sus padres y otros familiares trabajaron allí.

















"Microcotxes de Barcelona" es la primera exposición que el MUHBA organiza en este espacio, y parte de una propuesta de "Amics de la Fabra i Coats" y del coleccionista Claudi Roca. Por eso, antes de ver la exposición, nos dirigimos al local que esta asociación tiene en el interior del recinto. Allí nos atendieron Antoni y Jaume, dos de sus integrantes. Nos explicaron que la asociación la componen antiguos trabajadores de la Fabra i Coats y que la mayoría estuvieron allí 40 años o más. Ahora organizan diferentes actividades, y cuando Ángeles les preguntó si hacían visitas guiadas, precisamente ese día tenían prevista una para las 12:30 h y nos invitaron a unirnos a ella. Así lo hicimos encantados. Mientras esperábamos a que se hiciera la hora Ángeles compartió con ellos recuerdos de los días pasados en Can Fabra.

Antoni Martínez nos muestra una de las joyas de ese pequeño
museo que es el local: un certificado de trabajo de los años 30.

Las paredes y las vitrinas están plagadas de la historia de la fábrica. Historia que podéis leer en la página dels Amics de la Fabra i Coats y escrita por Antoni. Ángeles también les explicó que estaba preparando una ruta de los Cazadores de Hermes por Sant Andreu y que sería muy valiosa su aportación. Por ese motivo no nos vamos a extender en nuestra explicación, reservándola para una futura cita con el resto de miembros y simpatizantes de los Cazadores de Hermes. Sin embargo, haremos un pequeño adelanto. Esto es parte de lo que puede verse en las instalaciones de la Fabra i Coats. (Nota: no está permitido hacer fotos en la fábrica, pero al formar parte de la visita guiada tuvimos el privilegio de poder tomar estas instantáneas).

Una de las dos torres que contenían depósitos de agua para la fábrica y el sistema antiincendios
La seguridad en una fábrica de hilo era fundamental: indicador de una boca de incendios a 8,8 m de distancia


Una de las chimeneas que, por seguridad, ha sido disminuida su altura

Centro de Arte Contemporáneo































Y, si hablamos de arte, no podíamos dejar de lado algunas de las obras que pueden verse en sus paredes e instalaciones:

Zosen en una pared de Can Fabra

Sixeart según nos informó Andrea Btoy en Instagram


Este impresionante ojo formaba parte de una obra mayor en la que podía verse la cara entera cubriendo toda la fachada pero que con el tiempo ha desaparecido debido a que la técnica que utiliza su autor, y que es Jorge Rodríguez-Gerada, no soporta la intemperie durante mucho tiempo. Según nos explicó Chordi, ése es su propósito, que la lluvia desvanezcan poco a poco sus dibujos, pero el ojo parece que por ahora se resiste a abandonarnos.
Tras la visita a la fábrica entramos en el "Espai Josep Bota", también en el interior del recinto, donde puede verse, hasta el 15 de marzo de 2013, la exposición de microcoches. Los fines de semana la entrada es gratuita y está permitido hacer fotos.

















Según puede leerse en el folleto y transcribo aquí: "El sector de la automoción, que ha sido una de las bases de la Barcelona industrial del siglo XX, se formó durante el primer tercio del siglo. En las duras condiciones de la posguerra y el primer franquismo, el ingenio y el saber hacer de trabajadores y emprendedores -el factor humano- fueron fundamentales para mantener el potencial de un tejido productivo versátil y flexible. En este campo se sitúan las iniciativas para la producción artesanal e industrial de microcohes en los años cincuenta, un fenómeno que también tuvo lugar en otros países de Europa, que por entonces se rehacían de la Segunda Guerra Mundial".
En 1889 se construyó en Barcelona el primer coche del Estado, y poco a poco se creó el tejido técnico y empresarial de este sector típico de la segunda revolución industrial. Algunas marcas como la Hispano-Suiza o Elizalde alcanzaron renombre internacional y un alto nivel tecnológico.

La mayor parte de los coches eran de importación, pero este entramado productivo, que incluía la industria auxiliar especializada, fue decisivo para que empresas como Ford (1923) y General Motors (1932) se instalaran en Barcelona, después de haber ensayado en otros puntos del Estado. Entonces se empezó a plantear la producción en serie de coches más populares.
Tras la Guerra Civil y durante la posguerra, la falta de petroleo se intentó paliar con los gasógenos, que se trataba de unos dispositivos voluminosos adosados a los vehículos para quemar cáscaras de fruta seca, leña o carbón y obtener un combustible gaseoso. En Barcelona, diversas industrias fabricaron estos ingenios que hacían funcionar los motores, aunque de forma poco eficaz.


Tras la guerra, la empresa Sitjes sobrevivió haciendo trabajos de taller pero no consiguió relanzar la producción de turismos. En 1945 vendió patentes, proyectos y permisos a Eusebi Cortès, emprendedor tarraconense que creó la marca Eucort. Cortès contrató a un ingeniero procedente de la alemana Auto Union, y en 1946 presentó en la Feria de Muestras su primer automóvil; al año siguiente exhibiría una furgoneta. Eucort, que no consiguió el soporte del INI, tenía la fábrica en la calle Nápoles, 124, y aspiraba a realizar 50 vehículos diarios. Las dificultades técnicas y financieras no le permitieron alcanzar ni la producción ni las ventas previstas y detuvo la fabricación en 1950, cuando ya estaba en marcha el proyecto SEAT.


A pesar de las dificultades del momento, la demanda de motos empezó a aumentar de forma significativa desde la segunda mitad de los años cuarenta, y las iniciativas para fabricarlas se multiplicaron a partir de los talleres y los fabricantes de componentes del sector de la automoción. Este fue el caso de Montesa, cuando en 1945, el industrial Pere Permanyer con el soporte técnico de Francesc X. Bultó, decidió extender la actividad de su industria de gasógenos a la fabricación de motocicletas en serie.


En este entorno productivo maduraron, unos años después, los proyectos para fabricar pequeños vehículos con prestaciones de automóvil pero con estructura y motor de motocicleta. Surgieron así los primeros modelos de microcoches:

Kapi

Delfin

Junior

Furgoneta Hispano
























Autonacional comenzó abriendo un taller de reparación y venta de coches en la calle Valencia 127-131. Su apuesta definitiva se concretó en conocer el Biscuter, un proyecto solvente del reputado ingeniero francés Gabriel Vaisin que se presentó en 1950 en la Feria de París. La orientación hacia los microcoches no fue compartida por los socios procedentes de Eucort, que dejaron la empresa, aunque la opción era firme. Autonacional SA disponía de suficiente financiamiento para crear una organización industrial capaz de producir en cadena, y tenía recursos para difundir la marca y popularizar el producto. La fabrica se ubicó en Sant Adrià del Besòs.

Biscuter


A pesar de sus limitaciones y su corta vida en el mercado, los pequeños turismos y furgonetas que hoy en día denominamos microcoches contribuyeron a mantener la continuidad del sector de la automoción en Barcelona.
El primer SEAT 600 vio la luz en junio de 1957. A pesar de las listas de espera para conseguir uno y a pesar de la lentitud con la que recuperación económica, incentivada por el Plan de estabilización de 1959, se traducía en una mejora del nivel de vida de la mayoría, el nuevo vehículo pronto se convirtió en el primer coche de masas, en detrimento de los microcoches.



El distrito industrial de la automoción barcelonesa entraba en una nueva fase. (Nota: toda la información ha sido sacada de la exposición).
Lamentamos que con las prisas pues casi nos cerraban la exposición, no pudimos despedirnos de Antoni y de Jaume de la forma adecuada pero desde aquí les damos las gracias por su amabilidad y esperamos poder reencontrarnos en una futura ocasión. (Y como dijo Antoni, a ver si encuentra a Ángeles en el registro, jeje).



















Al salir ya era cumplidamente la hora de comer, así que nos dirigimos al bar Versalles, un sitio con mucha solera en el barrio y situado en un edificio modernista.




El lugar es precioso y en la última remodelación han tenido el buen gusto de recrear todo el ambiente modernista y vintage no pareciéndose en nada a lo que Ángeles conoció.




Lástima que la comida no esté a la altura de la decoración. Pero de lo que se trataba era de reponer fuerzas y el sitio es tan bonito que te olvidas de lo demás.
Después dimos un paseo por el mercado y fuimos callejeando disfrutando de la sensación de estar en un pueblo sin habernos movido de Barcelona. A todo el mundo le gusta su barrio y le parece el mejor, pero Sant Andreu para Ángeles lo es, por esas casitas de una o dos plantas, por sus calles de un carril, por la tranquilidad que se respira, por la multitud de pequeños detalles arquitectónicos que hacen del barrio un lugar en el que perderse un día cualquiera.









Y como que estamos preparando una ruta por Sant Andreu, no explicamos más y...


Ver además:
Barcelona Street Art: Zosen. El Neofauvismo entre Madrid y Barcelona
Barcelona Mon Amour: Jorge Rodriguez-Gerada. Identidad 
La Barcelona que me gusta. Paseo por St Andreu del Palomar + Parada en el Bar Versalles
En Milerenda: Paseos Curiosos por Barcelona (13ª parte)