sábado, 18 de agosto de 2012

Estambul (10ª parte): San Salvador en Chora y Café de Pierre Loti

(Domingo 29-07-12 Tarde-noche)
En estas dos últimas entradas (últimas en el sentido literal de la palabra) me he permitido la licencia de intercambiar los días. Expliqué primero el lunes y ahora explico el domingo. Como recordareis, el domingo por la mañana decidimos ir a Ortaköy para ver el mercadillo. Allí comimos una patata rellena y a continuación volvimos a coger el mismo bus, pero en sentido contrario, hasta Kabatas, donde cogimos el tranvía. Nuestro próximo destino era la iglesia de San Salvador en Chora. Sin embargo, esta iglesia está alejada del centro, por lo que nos pensamos mucho cómo llegar hasta ahí. Teníamos diferentes opciones: bus, taxi, e incluso tranvía. Escogimos esta última opción pues pensábamos que, desde donde nos encontrábamos, sería la opción más económica. Recorrimos gran parte de la línea 1 hasta la parada de Topkapi. Allí tuvimos que hacer trasbordo (incluso entre tranvías se tiene que volver a pagar) a la linea 4 que es bastante nueva y que tiene aquí su inicio. A continuación nos bajamos en Edimekapi. A tan solo 3 paradas.



Desde allí fuimos andando hasta la iglesia. Para ello tuvimos que pasar por las murallas bizantinas. 




Las murallas interiores son uno de los restos más impresionantes del pasado bizantino de la ciudad. Perforadas por puertas monumentales y fortificadas con torres, rodean el casco antiguo de la ciudad formando un arco que va desde Yedikule, en el mar de Mármara, hasta Ayvensaray, en el cuerno de Oro. Con sus 11 puertas y 92 torres, esta doble muralla de más de 6,5 km defendió el flanco interior de Constantinopla durante más de 1000 años. Se construyó entre los años 412 y 422, durante el reinado de Teodosio II. Por este motivo también se denominan las murallas de Teodosio.




A. El foso evitaba que el enemigo situase su artillería a tiro de la muralla principal. En los momentos de peligro sus 18 m. de anchura se llenaban de agua. 

B. Primera linea de murallas situada a dos metros sobre el nivel de las aguas.
C. Parateichion: corredor abierto para ser utilizado por las unidades que se movían en primera línea.
D. Segunda Muralla. Se elevaba a 8,5 m. del Parateichion. Sus torres se alternaban con las de la muralla interior para crear una linea continua de defensa. Desde lo alto de las torres se situaban artefactos que lanzaban fuego griego. Numerosas puertas comunican con el Peribolo.
E. Peribolo: vía utilizada para el movimiento de tropas. Medía entre 15 y 20 m. y se encontraba elevada 5 m. sobre el nivel del suelo.
F. Tercera muralla. La más grande y mejor dotada, con una altura de entre 8 y 12 m. y con un grosor de 5 m. Sus torres tenían una altura de 18 a 20 m.

A poca distancia ya teníamos nuestro destino. En ese pequeño trayecto pasamos por las famosas casas de colores, y a la vuelta de la esquina ya teníamos la iglesia.




El Estambul pass también nos sirvió para entrar. Es curiosa la entrada porque hace que rodees la iglesia por su parte trasera.





Recuerdo que dentro pasé mucha calor hace 4 años y esta vez no ha sido diferente, pero el espectáculo que ofrecen sus paredes bien vale la pena.




Algunos de los mosaicos y frescos bizantinos de más calidad se encuentran en esta pequeña iglesia. Se sabe poco de la primera época, aunque su nombre significa "de los campos", por lo que se cree que se edificó en un entorno rural. La iglesia actual data del s. XI. Entre 1315 y 1321 se remodeló y, por encargo de Teodoro Metochites (teólogo, filósofo y uno de los notables de su época), se incorporaron los frescos y mosaicos. En esta ocasión no voy a explicar qué se ve en cada uno de ellos, dejaré simplemente sus imágenes para disfrutar de ellas.











Tras contemplar lo que podría ser la Capilla Sixtina del arte bizantino (con permiso de Santa Sofía) nos refrescamos un poco y nos dirigimos en autobús hasta Eyup. No recuerdo qué bus cogimos pero la parada estaba cerca de las murallas en la calle que las cruza y de las dos paradas que hay la que está un poco más abajo. Tampoco recuerdo la parada en la que nos bajamos, pero se podía ver la mezquita de Eyüp.

Tras la mezquita de Eyüp se encuentra el teleférico que sube hasta el café de Pierre Loti en lo alto de la colina y bajo el conjunto funerario de Mihrisah. También existe la opción de subir andando, pero hacía demasiado calor y decidimos coger el teleférico. Sin embargo tuvimos que hacer una larga cola en el interior de una estación donde el calor era húmedo y asfixiante. Finalmente nos llegó el turno.





Una vez en el café intentamos encontrar una mesa que estuviera lo más cerca posible de la barandilla que separaba la explanada de las magníficas vistas del Cuerno de Oro. Con frecuencia se le considera el puerto natural más importante del mundo. El Cuerno de Oro es un valle fluvial inundado que discurre en dirección sur y desemboca en el Bósforo. El estuario atrajo a los primeros pobladores en el s. VII a.C. y posteriormente permitió que Constantinopla se convirtiera en un poderoso puerto. Según la leyenda, durante la conquista otomana los bizantinos arrojaron tantos tesoros a las aguas que éstas tenían destellos de oro.








Allí nos tomamos un té de manzana, que nos encantaba, mientras observábamos el paisaje y cómo se disputaban las mejores mesas. Pensamos por un momento que pudieran llegar a las manos, pero finalmente cundió la razón.





Este famoso café lleva el nombre del novelista francés Pierre Loti, un enamorado de Turquía. Este escritor solía ir a un café en Eyüp (que aseguran es éste) durante su estancia en Estambul en 1876. El café está decorado con muebles del s.XIX y, para mantener el ambiente, los camareros van vestidos con ropa de esa época.
El descenso esta vez lo realizamos a través del cementerio ya que el sol ya se estaba poniendo y íbamos mucho más descansados. Además en bajada no cuesta nada. Es interesante observar las lápidas otomanas y se sigue disfrutando las vistas del Cuerno de Oro.

El fez simboliza un pachá o funcionario y las lápidas de mujer llevan una flor por cada hijo que tuvieron
El sombrero señala que en la tumba descansa un sufí

Los cementerios otomanos eran jardines para los muertos, donde paseaban los vivos, felices y sin inhibiciones. Las lápidas que se colocaban en ellos a veces contenían una gran simbología: a partir de su decoración se puede conocer el sexo, ocupación, rango y el número de hijos del fallecido. Como en 1829 se prohibió el turbante, en las tumbas masculinas se colocó un fez.
A medida que llegábamos otra vez a la mezquita empezábamos a darnos cuenta de la importancia del lugar.

Gran concentración esperando a que se pusiera el sol en Ramadán

El pueblo de Eyüp es un lugar de peregrinación para los musulmanes de todo el mundo. En él descansan los restos de Eyüp Ensari, quien llevaba el estandarte de Mahoma. Por ser un espacio sagrado ha conservado el carácter sereno de los espacios de meditación. Las calles que rodean la mezquita del sultán Eyüp están formadas por magníficos mausoleos; sin embargo, bajo los cipreses de las colinas se apiñan las lápidas de la gente del pueblo.
Debido a la enorme cantidad de gente que se congregaba en los alrededores de la mezquita nos despistamos y no supimos encontrar el embarcadero de Eyüp. Tras caminar un rato junto al Cuerno de Oro decidimos coger un bus en dirección a Eminönu.

Al cabo de dos días regresaríamos a Barcelona dando por concluida esta crónica del viaje a Estambul, a Bizancio, a Constantinopla. Acabaremos con un poema de Soliman:

"Tú tienes ojos de antílope, y a cazarte yo salí, pero tus caricias fueron la flecha mortal que esgrimiste, y acabé siendo yo la presa y esclavo para tí".

Estambul julio de 2012

3 comentarios:

  1. Qué pasada de vistas desde el café de Pierre Loti. No fuí a este sitio pero va a ser de obligada visita el próximo viaje.
    A mi tb me encantaba el te de manzana. Me traje a Bcn con unas tacitas como las de ellos. Una vez fuera del contexto, sigue siendo bueno pero no es lo mismo, le falta algo.
    Una pasada de viaje, no has perdido detalle!

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    1. Yo tampoco fui la otra vez. Pero en está ocasión no lo podía dejar pasar. Me sabe mal por Ángeles que no pudo verlo. Hay tortas por sentarse en un buen sitio. Aunque queda un poco lejos vale la pena ir.
      Besos y gracias

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  2. Gracias Enrique por lo de tu enlace...La casa no la podías ver porque está en la costa atlantica francesa. Pero me pareció de interés para remarcar la influencia que recibió de los paises donde estuvo y que le acompañaron durante toda su vida.
    Por eso el título de la entrada es "Anexo" algo así como "Adosado"

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