viernes, 3 de agosto de 2012

Estambul (2ª parte): Hipódromo

(jueves 26-07-12 por la noche)
Al salir del patio de la mezquita azul por la puerta del hipódromo llegas a un jardín o plaza peatonal (At Meydani) que en realidad constituye el antiguo hipódromo.


Aunque queda poco del gigantesco estadio que antaño constituyó el corazón de la ciudad bizantina de Constantinopla, los restos sirven para hacerse una idea de su magnitud (su aforo era de 100.000 espectadores).




Desde la fundación de la ciudad de Constantinopla, el 10 de mayo del año 330, el hipódromo se convirtió en el escenario de los acontecimientos públicos más importantes de los 1300 años posteriores. Construido por el emperador Septimino Severo en el s.III tras haber destruido previamente la ciudad fue posteriormente ampliado por Constantino que lo conectó con el Gran Palacio a través del palco real o kathisma. En época bizantina, el Gran Palacio se levantaba en la actual Sultanahmet y no tenía parangón en toda Europa.



Pero centrándonos en el hipódromo, si observamos la calle que circunda la plaza, ésta seguiría el recorrido que hacían los carros. Ese era el pasatiempo preferido de los bizantinos, incluso cuando el estadio fue cayendo en ruinas tras la toma de Estambul por las  tropas otomanas.

Columna serpentina a la derecha y
columna de Constantino a la izquierda
en la época de Murat III

En la Spina del hipódromo todavía quedan tres antiguos monumentos: el obelisco egipcio, la columna serpentina, y la columna de Constantino.
El obelisco egipcio fue construido en el 1500 a.C. y se levantaba a las afueras de Luxor antes de que Constantino lo trajera a la ciudad.



Este monumento magníficamente tallado, está roto y solo representa 1/3 de su altura original. La base en la que se apoya, del siglo IV, representa a Teodosio I y su familia en la kathisma presenciando las actuaciones.



En los cuatro lados se representan: una carrera de carros; Teodosio preparándose para coronar al vencedor con una corona de laurel:



prisioneros rindiendo homenaje al emperador y el momento en que se colocó este obelisco.
La columna serpentina que se cree que data del 479 a.C. fecha en que se trajo aquí desde Delfos.



Originalmente formada por tres serpientes enroscadas de bronce, lamentablemente las cabezas fueron destrozadas en el s. XVIII por un noble polaco borracho. Una de las cabezas se puede ver en el museo arqueológico.
Por último, otro obelisco conocido como columna de Constantino o de Bronce porque se cree que se protegía con una cubierta de ese metal.



Su lamentable estado se debe a que los jenízaros se subían a el para demostrar su valor. También se echa de menos la columna que se levantaba donde actualmente se encuentra la oficina de turismo.
Otra estructura que se conserva es una fuente abovedada que conmemora la visita a Estambul del káiser Guillermo II en 1898.


El hipódromo ha sido testigo de los sucesos más sangrientos de la ciudad. Como la revuelta de Nika en la que en el 532 y tras un altercado entre equipos rivales en una carrera de carros se destruyó parte de la ciudad y que acabó con 30.000 muertes como represalia.
Pero retornando al presente, y debido a que se celebraba el Ramadán, por la tarde-noche las calles y los jardines estaban muy animados. Incluso pudimos ver una feria de artesanía y gastronomía.


En la misma calle encontramos el Museo de Artes Turcas e Islámicas famoso por su colección de alfombras y situado en un antiguo palacio.
Si caminamos hasta el extremo inferior y cruzamos la calle, encontraremos, ya cerca de la Cisterna de la Basílica, el Milion, una pilastra de piedra junto a unos restos de una torre otomana que es lo único que queda de un arco de triunfo que marcaba el punto a partir del que se medían las distancias de las calzadas.


Aunque la comida que nos dieron en el avión estaba buena, no había sido abundante, por lo que decidimos ir a comer a un restaurante que conocía del anterior viaje porque en él hacían hamburguesas vegetarianas. Se trata del Pub Sultan, un restaurante situado en un edificio histórico y cuya carta está claramente diseñada para "giris". De entrada pedimos mezes y una buena copa de cerveza.



No lo encontré tan bueno como recordaba. La hamburguesa era de espinacas y el pan no era muy bueno. Además no resultó barato.
Luego dimos una vuelta por la zona para impregnarnos del ambiente. Este año hemos coincidido, como ya he comentado, con el Ramadán. Es el mes sagrado en el que los musulmanes no comen ni beben entre el amanecer y hasta que se pone el sol. Las fechas en las que se celebra esta fiesta no son las misma cada año ya que se basan en un calendario lunar. Este año iba del 20 de julio al 18 de agosto. Cada año empieza unos 11 días antes y se tarda 33 años y 5 días en completar el paso por todo el calendario anual. Cuando empezó a anochecer pudimos ver como familias enteras se preparaban en los parques sentados en alfombras dispuestos a realizar la comida en el momento en el que se pusiera el sol. También habían algunos restaurantes (los que no eran para giris) con larguísimas colas en la calle.
Antes de irnos definitivamente al hotel nos impregnamos, una vez más, del ambiente de la noche.

Mezquita de Firuz Aga



Para acabar os dejo un pequeño fragmento de un concierto de folcklore turco.


Continuará...

2 comentarios:

  1. Hola!! Entro un momentito para deciros que os he enviado un correo electrónico!
    Para ponerme al día en vuestro blob, necesitaré mucho más rato! Espero que todo vaya muy bien!!!!

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  2. Hola Marta te acabo de mandar un correo! Por aquí todo va bien y a ti ya se que te va muy bien en buenísima compañía .
    Un beso grande.

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