lunes, 1 de abril de 2013

Montblanc (1ª parte): La muralla

Situación geográfica. Montblanc es la capital de la comarca de la "Conca de Barberà" y, según titulé el anterior post, se encuentra a medio camino entre Tarragona y Lleida (un poco más cerca de la primera) y a unos 100 km de Barcelona. (113 km.) Nosotros llegamos a Montblanc en tren desde Barcelona y tardamos menos de 2 horas.


Topónimo. El nombre que recibe la población no se debe a que exista ninguna montaña blanca cerca ya sea por la nieve o porque sea de tipo calcáreo, el topónimo es sinónimo de montaña virgen de vegetación (Montis Albis), tal y como es la colina arcillosa con una pequeña extensión plana en la cima en la que se sitúa.








Sin embargo, no fue éste el primer nombre que recibió. Sobre el 1080 se empezó a poblar "Duesaigües" (Dosaguas) ya que se encontraba cerca de la confluencia de los ríos Francolí y Anguera. A partir de 1155 se conoció como "Vila-salva" debido a que, con la intención de atraer a la población desde la Catalunya norte, se eliminaron impuestos. En 1163 se cambia su ubicación hasta la actual situación y con ella se le da el nombre definitivo.

La Muralla. El rasgo que más destaca de esta población es la muralla que rodea casi la totalidad del casco antiguo. Es lo más conspicuo y lo primero que ves cuando te acercas a la vila (además de la Iglesia de Santa Maria La Major).

















La muralla tiene una extensión de 1,5 km y, a diferencia de lo ocurrido en otras poblaciones, la muralla no se derrocó para facilitar la extensión de la población, sino que se aprovecharon sus muros para la construcción de casas adosadas a la fortificación, de esta manera los propietarios de los solares se ahorraban la construcción de una o dos paredes maestras. Sin embargo, lo que en principio evitó su desaparición, es ahora un problema, ya que en gran parte de su perímetro la muralla queda oculta por las edificaciones. En la fotografía anterior vemos una zona que ha sido clareada y al fondo las casas pegadas a la muralla. Se trata de un proceso lento de recuperación no exento de dificultades.
La muralla se construyó en el siglo XIV, ordenado por Pere III el Cerimoniós con motivo de la guerra contra Pedro el Cruel de Castilla. Su altura y la de las torres varió con el tiempo al ver que resultaba ineficaz con el avance de las técnicas de guerra. Además, en principio se utilizó encofrados que se rellenaban de argamasa, pero posteriormente se tuvo que reforzar con piedra.
Existen unas 30 torres defensivas de planta cuadrada, excepto una de ellas que es de planta pentagonal (Torre dels Cinc Cantons).
Algunas de estas torres también están habitadas y las que no vemos que en su interior son huecas.




El uso de la piedra se ve claramente en los ángulos de las torres.
La muralla se construyó en 4 tramos, y en cada uno de ellos se abrió un portal que comunicaba con los cuatro puntos cardinales: portal de Sant Antoni, de Sant Francesc (desaparecido), torre-portal de Sant Jordi y portal de Bové. Posteriormente se abrieron, por comodidad, nuevos portales, como el de Castlà cerca del palacio del mismo nombre.

Portal del representante militar del Rey de la Corona de Aragón.
Su palacio tenía un jardín que llegaba hasta la muralla.

Portal de Castlà (s XV). Al ser posterior este portal no presenta elementos defensivos.









































Los portales, más allá de su utilidad militar, sirvieron posteriormente como punto para controlar las mercancías que entraban en la ciudad y cobrar impuestos y para evitar la propagación de enfermedades al controlar el paso de enfermos.
La muralla contaba con diferentes defensas. Entre almenas se colocaban portones que se levantaban para disparar las flechas. También para tal efecto se utilizaban las aspilleras, pequeñas aberturas alargadas en las almenas. Sobre los portales también podemos observar matacanes, unos salientes abiertos por debajo desde los que se podía lanzar excrementos o agua hirviendo a los que trataran de derribar la puerta.

Portal de Sant Antoni en el que pueden verse los elementos defensivos comentados.

En el interior de la muralla podemos observar el paso de ronda, por donde los soldados podían moverse y acceder a las aberturas entre almenas. Es posible subir a uno de estos pasos si contratáis la visita guiada: murallas y degustación gastronómica.


Torre-portal de Sant Jordi. Este portal, situado al sur y que comunica con las montañas de Prades, es de los mejor conservados.



Según la leyenda, Sant Jordi mató al dragón frente a este portal. Varios elementos nos recuerdan la gesta.


Cada año, coincidiendo con la festividad de Sant Jordi, la vila de Montblanc revive la época medieval y la leyenda de Sant Jordi. Por esas fechas, los 7000 habitantes habituales de la vila pueden multiplicarse por 5.

Portal de Sant Jordi
Continuará...

10 comentarios:

  1. Genial... me encantan estas entradas...

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    1. Gracias Guaci. Pues van a haber unas cuantas. Espero que el resto también te gusten.
      Besos

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  2. Buenas! no me habéis dejado tiempo, he visto el post de la adivinanza y éste el mismo día :)
    Me encanta Montblanc pero dos veces que he ido ha sido después de una pantagruelica calçotada y no le he prestado la atención merecida. Seguro veré más cosas ahora con vuestras entradas. Petó!

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    1. Nosotros hemos probado los calçots pero con moderación. Estaban buenísimos. Por cierto, puse un comentario en tu blog y creo que no se quedó grabado, lo intentaré de nuevo.
      Besos

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  3. Añado a la lista de cosas para hacer en la vida visitar Montblanc por Sant Jordi, que tiene que ser muy curioso. Ni qué decir tiene que las fotos me han encantado, claro.

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    1. A nosotros también nos llama mucho la atención esa visita, lo único que nos hace dudar sería la cantidad de gente que pudiera haber, pero en Sant Jordi aquí en Barcelona también estamos muy acostumbrados a las aglomeraciones.
      Besos y gracias.

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  4. Que fotos madre mia! con solo el hecho de verlas ya dan la sensacion de estar dentro de ellas... :)

    Un abrazo!

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    1. Muchas gracias Jordi. La verdad es que al verlas nos transportamos de nuevo a las vacaciones.
      Un abrazo

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  5. Siempre es una delicia pasear por Montblanc. Viendo ests fotos tan bonitas es como recorrer de nuevo sus calles, llenas de historia.
    Muy ingeniosa la adivinanza, pero la he visto demasiado tarde para jugar. Otra vez será.
    Un abrazo

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    1. Gracias Maite. Sí que es una delicia pasear por esas calles y seguramente no será la última vez que lo hagamos. Lo de las adivinanzas fue una idea que saqué del blog de Elvira (http://floresypalabras.blogspot.com.es/) que de vez en cuando nos propone adivinar obras de arte y que también te lo recomiendo.
      Besos

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