viernes, 10 de agosto de 2012

Estambul (7ª parte): La Cisterna de la Basílica y Santa Sofía

(Sábado 28-07-12 Mediodía-tarde)
Al salir de Topkapi nos dirigimos directamente a través de la puerta Imperial y pasando frente a Santa Sofía hacia la Cisterna Basílica o de Yerebatan



Curiosamente, supongo que debido a la hora (12 h de la mañana) fue el único sitio en el que encontramos cola. Además, no nos servía el Pass Museum y tuvimos que pagar 10 LT cada uno. Pero en 10 minutos escasos ya estábamos dentro. Dado que el interior es muy oscuro es aconsejable usar flash para las fotos (aunque yo no lo usé) y hay que ir con cuidado con el suelo que siempre está mojado y puedes resbalar.




Esta cisterna subterránea gigantesca construida durante el reinado del Emperador Bizantino Justiniano I (527-565) fue llamada "Palacio Sumergido" por su aspecto. Su denominación como Basílica se debe a una antigua basílica edificada con anterioridad en ese lugar.




Se trata de una construcción colosal. De forma rectangular (140 metros de largo por 70 metros de ancho) contiene 12 hileras de columnas con 28 columnas cada una. Cada columna tiene 9 metros de altura. Dado que las columnas se aprovecharon de otras construcciones, éstas así como los capiteles, son diferentes.



Columna que llora
Hay capiteles de estilo corintio pero otros de estilo dórico. Para asegurar la estanqueidad de paredes y suelo, los ladrillos están cubiertos de una espesa capa de argamasa denominada de Horasan. Así la cisterna podía almacenar 100.000 toneladas de agua que abastecían de agua al Gran Palacio al otro extremo del Hipódromo. Los otomanos pasaron más de un siglo tras la conquista sin saber de su existencia. Se descubrió al observar que había gente que sacaba agua, e incluso peces, bajando cubos a través de agujeros en los sótanos.



Los otomanos también entonces utilizaron la cisterna para regar los jardines de Topkapi, sin embargo, la preferencia del agua corriente a la estancada desestimó posteriormente su uso. La cisterna tuvo que redescubrirse para occidente ya que volvió a caer en el olvido.

Pero uno de los mayores atractivos de la cisterna son las dos cabezas de medusa que podemos ver en su parte noroeste. Son dos ejemplos de escultura de la Época Romana que sirvieron de base pero que no se sabe de dónde las sacaron.




Sin embargo, hay quien opina que la presencia de estas cabezas no es casual, ya que según la creencia, se solía servirse de las representaciones pintadas o esculpidas de las Gorgonas para proteger los edificios y sitios de cierta importancia.

Junto a la salida, que se realiza por una zona diferente, hay un bar con autoservicio que en ocasiones se utiliza para realizar alguna actuación.
En conjunto es un lugar mágico que impresiona cuando lo descubres por su magnitud y misterio.


Al salir de la cisterna fuimos a comer por la zona. Buscaba un par de restaurantes que llevaba apuntados, pero no los encontré y acabamos en uno que era muy normalito y no vale la pena mencionar. Al tener cerca el hotel nos fue bien para descansar un rato y luego volvimos a salir. Nuestro próximo destino estaba también cerca: nada menos que Santa Sofía.
Sobre la primera colina de Estambul se encuentra Santa Sofía ("Divina Sabiduría") que fue construida como basílica del patriarcado Ortodoxo.



Construcción y primeras reformas

Con anterioridad ya había habido en este emplazamiento dos iglesias bizantinas que debido a los fuegos acabaron destruidas. Fue Justiniano quien decidió levantar una tercera basílica, pero ahora sería diferente, tanto en tamaño como en diseño. Para llevar a cabo semejante proyecto, el Emperador confió en dos científicos: Antemio de Tralles (matemático y físico) e Isidoro de Mileto (profesor en geometría y mecánica), y se desconoce si tenían experiencia en arquitectura. A pesar de ello diseñaron una cúpula de 31 m. de diámetro que estaría colocada sobre una base cuadrada. El Emperador, por su parte, no escatimó en materiales. La construcción se inició en el 532 y el 27 de diciembre del año 537 se inauguró (solo 5 años después!!!). Aunque los trabajos de finalización prosiguieron dándose por terminada durante el reinado de Justiniano II (565-578). Luego sufrió un par de terremotos que obligaron a restaurarla. En el del año 558, la cúpula sufrió graves desperfectos y el Jóven Isidoro, sobrino del Viejo Isidoro, aprovechó para levantar la cúpula hasta los 55,6 m. que podemos ver en la actualidad. Hay que pensar que Santa Sofía fue, durante 1000 años, la mayor catedral del mundo (la desbancó en 1520 la catedral de Sevilla).

Período Iconoclasta

Con la subida al poder de Leon III, emperador bizantino, se prohibieron los iconos en el culto, por lo que se retiraron todas las imágenes de Santa Sofia. (s.IX). Volvió a sufrir terremotos e incendios que obligaron a otras restauraciones. Durante la cuarta cruzada fue víctima de pillajes y robos de reliquias que se llevaron a otras iglesias. En el s. XIII se convirtió en iglesia católica de Roma. Cuando los bizantinos la recuperaron en 1261 la encontraron en ruinas, y tuvieron que colocarse diferentes soportes. Debido a nuevos terremotos, durante los últimos 100 años del periodo bizantino, volvió a quedar en ruinas.
Período Otomano
Tras la conquista de la ciudad por los otomanos en 1453, el sultán Mehmet El Conquistador mandó reformarla y convertirla en mezquita. Se construyeron los elementos típicos y se cubrieron los mosaicos (a excepción del de la Virgen María y los ángeles de los medallones). Posteriores sultanes fueron realizando sus aportaciones y reformas. Importante fue la restauración de 1739 a manos de los hermanos Fossati. En este tiempo, el famoso calígrafo Kazasker Mustafa Izzet Efendi también preparó las tablas caligráficas que se colgaron en Santa Sofía. Hay ocho en total y llevan el nombre de Alá, el profeta Mahoma, los cuatro primeros califas y Hasán y Hussein, dos de los nietos del profeta, que se veneran como mártires.



Actualidad

En 1934, Atatürk dio orden de convertir Santa Sofía en museo. Incluso antes se limpiaron y restauraron los mosaicos quitando el material blanco que los tapaba, en un trabajo minucioso. Se sacaron las alfombras para mostrar los mármoles del suelo.




La visita a Santa Sofía

En algún sitio leí que era mejor visitarla por la tarde pues la mayoría de grupos organizados lo hacen por la mañana-mediodía. El caso es que no encontramos apenas cola para entrar y una vez más el Museum Pass no nos dio ninguna ventaja. Antes de entrar en el edificio puede verse a mano derecha el friso con las doce ovejas, únicos restos de la anterior iglesia.
La primera vez que uno entra en Santa Sofía es una experiencia sobrecogedora y memorable.


Para acceder a la nave central debes atravesar dos nartex o galerías con columnas, y así te encuentras ya frente a la puerta imperial.




Mosaico sobre la puerta Imperial en el que se ve a Jesucristo con el emperador León VI arrodillado
De hecho el Nartex interior tiene hasta nueve puertas que comunican con la nave principal, pero en el centro destacan las tres que reciben el nombre de "Puertas de la realeza", siendo la central la del Emperador.
Aunque la nave se planificó como un círculo, en realidad es ligeramente elíptica como le ocurre a la cúpula (o por culpa de ella).





Ésta se conecta a cuatro enormes pilares y 40 contrafuertes que soportan la carga. También la cúpula tiene 40 ventanas que suministran luz natural al recinto. También en su parte este y oeste se apoya en semicúpulas que a su vez se apoyan en otras más pequeñas. En los cuatro medallones (elementos de arquitectura de forma triangular situados entre la cúpula y los arcos) encontramos las imágenes de 4 Serafines.

Debido probablemente a uno de los terremotos, el ángel del medallón oeste fue dañado y los hermanos Fossati lo pintaron para igualarlo al resto. En este sentido continúan las labores de recuperación de las caras originales.
Las semicúpulas tienen la función además de alargar la nave. En el espacio que deja en su cara este se encuentra el ábside y sobre éste uno de los mosaicos más hermosos, el de la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos.




El mosaico representa al patriarca Fotius en una ceremonia del 29 de marzo del año 867 y a la Virgen María en un trono sin respaldo con piedras de valor. En su regazo tiene sentado al Niño Jesús. A la derecha podemos ver otro mosaico muy bien conservado del Arcángel San Gabriel.


San Gabriel tiene en su mano izquierda un globo y en su derecha un cetro.
A los lados de la nave principal en el norte y sur se encuentran las naves laterales formadas por galerías.



Imágenes de peces en las bóvedas de las naves laterales
Los capiteles están adornados con esculturas de hojas de plantas "akantus" y con un estilo "Iyon" enredadas entre sí y repetidas.


En el suelo de la nave principal en el lado meridional pueden distinguirse unas piedras redondas y coloridas. Se trata del "Omphalion":



Visita ilustre junto al Omphalion
El "Omphalion", también llamado Ombligo (entro del mundo), era donde se realizaba la coronación de los emperadores bizantinos. Allí se situaba el trono imperial.
En la esquina noroeste y norte de la iglesia hay dos urnas de mármol.




Estos recipientes se cree que son del periodo helenista o bizantino temprano. Detrás de una de las urnas se encuentra el pilar de San Gregorio. En él los visitantes introducen el dedo en la piedra de mármol rodeada de una placa de latón, y tras dar una vuelta a la mano piden un deseo. Éste se cumplirá si al sacar la mano los dedos están húmedos.

Pasaré ahora a nombrar los diferentes elementos que se incorporaron en relación al culto musulmán y que también podemos ver en otras mezquitas.
En el ábside vemos el Mihrab:



Este nicho de mármol con detallados trabajos de la artesanía otomana, tiene como función la de dar la dirección a la Meca. Por ese motivo suele ser visible desde cualquier punto de la sala de oración.

Justo a un lado se encuentra el Minbar:



El Minbar es un púlpito bastante alto, situado a la derecha del Mihrab y que utiliza el imán para dar el sermón de los viernes (khutba). Éste se instaló por orden de Murat III.
El Hünkar mahfili:


La logia está diseñada para que el sultán pudiera orar desde un balcón provisto de celosías. Así se prevenía cualquier atentado. Ésta es obra de los hermanos Fossati.
La Mahfili:



Se trata de una plataforma elevada situada en las grandes mezquitas donde el muecín se sube para responder con sus cánticos a las oraciones del imán.
El Kürsü:


El trono del Predicador es un asiento utilizado por el imán cuando da la lectura del Corán.
Está realizado en mármol en el s. XVII por mandato de Murat IV. Tras él se encuentra una de las maqusuras: plataformas bajas y provistas de barandilla donde se sentaban los hombres de mayor edad para escuchar las lecturas del Corán.
Antes de subir a las galerías nos fijaremos en la biblioteca de Mahmut I:



Construida en 1739 se accede a través de una bella puerta de bronce.

La rampa que sube hasta la primera planta se encuentra a la izquierda según se entra y lleva a la galería septentrional.


En esa galería, aunque muy oscuro, puede verse el mosaico del siglo X dedicado al emperador Alejandro sosteniendo una calavera, y en la galería occidental se encuentra el disco de mármol verde que señala la localización del trono de la emperatriz de Bizancio.

Hay mucho más que ver en la galería meridional donde se entra por las llamadas puertas del Cielo y el infierno. Tras la esquina, después de cruzar la puerta, está el mosaico de la Déesis o de la Súplica (s XII-mediados del XIII):



Este panel fue encontrado durante un proyecto realizado en 1932. Es posible que fuera un mosaico realizado en un taller de mosaicos o por un equipo. De hecho, no se cree que todos los mosaicos sean del mismo autor. Este mosaico describe las súplicas y rezos de la Virgen María y San Juan Bautista a Jesucristo para salvar a la humanidad. Es el mosaico más extraordinario de Santa Sofía representando un estilo de arte bizantino más naturalista y detallado que en épocas anteriores. En su fondo el mosaico es de oro; también hay piedras de plata.

Al fondo de la galería encontramos dos mosaicos más:
Mosaico de Comneno (s. XII):



Este mosaico toma el nombre del Emperador Juan I Comneno que se encuentra haciendo un donativo a la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos. A la derecha se ve a la Emperatriz Irene que tiene en sus manos un rollo. El pelo pelirrojo de la Emperatriz nos muestra su origen húngaro (hija del Rey Ladislao de Hungría). Tanto sobre el Emperador como la Emperatriz se representaron aureolas.

Mosaico de la Emperatriz Zoe (s.XI):



Este mosaico muestra al "Pantocrator" Jesucristo en el centro realizando la señal de bendición con la mano derecha y en su mano izquierda sostiene el Libro Sagrado. A cada lado de su cabeza aparecen los monogramas "IC" y "XC" que significan "Iesous Khristos". En la mano del Emperador Constantino IX hay un pequeño saco que representa las donaciones, y en la mano de la Emperatriz Zoe se encuentra un rollo.

Todos estos mosaicos son posteriores a la época iconoclasta. Las cubiertas no figurativas de mosaico que decoran el nártex y el vestíbulo de los guerreros sí que pertenecen a la decoración original de la catedral, del s. VI.
Aprovechemos, pero, para fijarnos en los recubrimientos de mármol sobre los anteriores mosaicos. Los mármoles de Mármara se tallaron con una técnica especial de forma que en muchas ocasiones los vemos dobles. En otros casos se intentó que las betas tuvieran continuidad.
Volvemos hacia atrás y aprovechamos para ver los mosaicos que se encuentran en frente y que representan a Santos:



A la derecha San Ignacio Teóforo de Antakya, y a la izquierda San Juan Crisóstomo. Aún queda otro mosaico más a la izquierda que representa al jóven San Ignacio.

Pero subir a la primera planta no solo nos da la posibilidad de ver los mosaicos, si no de contemplar Santa Sofía desde otra perspectiva:





Descendemos por la rampa situada al fondo de la galería septentrional y ya nos dirigimos a la salida. Al salir de la iglesia se cruza el vestíbulo de los Guerreros, llamado así porque la guardia personal del emperador solía esperarle aquí cuando acudía al templo. Sobre la puerta (un espejo nos percata de su existencia) se encuentra el magnífico mosaico de la Virgen con Constantino y Justiniano.



En este mosaico se muestra a María sentada en un trono con el Niño Jesús en brazos, flanqueada por los dos grandes emperadores de la ciudad. Constantino, a su derecha, le regala la ciudad de Constantinopla y Justiniano le ofrece Santa Sofía. El mosaico es muy posterior a la muerte de ambos emperadores, probablemente del s. X, durante el reinado de Basilio II.

Los visitantes salen por esta puerta, antes reservada al emperador por su proximidad al Gran Palacio.

Saliendo a la izquierda podemos visitar el baptisterio que pertenecía a la iglesia del s. VI y que ahora contiene el sepulcro de dos sultanes (se pueden ver tras la ventana al fondo).



Antes de salir del recinto es imprescindible fijarse en la Fuente de las Abluciones, sin embargo actualmente se encontraba en trabajos de remodelación y no podía verse, así que, y sin que sirva de precedente, os pongo una foto que hicimos en 2008:


Esta fuente fue construida en 1740 y es característica del estilo rococó turco. El tejado está decorado con relieves florales.

Continuará...

4 comentarios:

  1. Eres mejor que una guía!
    La cisterna me impresionó mucho y yo tb creo que las cabezas no son casuales, es como mágico.
    Y Santa Sofía tuve mala suerte pq estaba en reformas y sólo veía andamios por todos sitios así que viendo tus fotos creo que vi muy poco y mal.
    Menos por la calor lo demás me encanta todo :).
    Petó!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nosotros también vimos muchos andamios la otra vez, pero es lo que hay. Unas veces te los encuentras en un sitio y otras veces en otro.
      Gracias por lo de mejor que una guía.
      Por cierto, nosotros también estamos remodelando un poco el blog le hemos cambiado el tamaño para poder poner las fotos más grandes ¿qué te parece?
      Besos

      Eliminar
    2. Ahora he visto la cabecera con letras diferentes. Las fotos grandes (ande o no ande caballo grande). Creo que las fotos en grande ganan, muy bien!

      Eliminar
    3. Pues en las próximas entradas aún las pondré más grandes (no sé si me estoy pasando ahora de grandes). Es algo que me había dicho ya Ángeles desde que empezamos el blog. Ahora me doy cuenta que tenía razón.
      Besos

      Eliminar